En el contexto de la función social de la universidad, la extensión constituye uno de los temas más recurrentes en la actualidad a partir de los cambios que se producen a nivel global en la sociedad, y que constituyen una realidad incuestionable que ha llegado a transformar e impactar en sus mismas esencias a las instituciones académicas. La concepción de la universidad como fábricas de conocimientos trae consigo la reducción del compromiso con la sociedad y la concepción de que el mercado debe regir los cambios de la institución en tanto la educación superior es ubicada como el eje de la producción y transformación de los conocimientos. Desde esta perspectiva su función actual la coloca en una doble y necesaria referencia: como centro cultural que suscita, recepciona y canaliza los avances de la ciencia en todos los sentidos; y por otra parte como instancia de fundamentación, práctica y reflejo del devenir de la sociedad, en lo que la extensión desempeña un rol fundamental.